Hola de nuevo (Doug)

Caminé algo aturdido detrás de la gente, con la mirada perdida en cualquier parte menos en ella. Suspiré cansado, usualmente a ella le encantaba venir a estas horas a este lugar exactamente, yo la conocía muy bien. Como el pie de la letra, como la palma de mi mano. Pero cuanto rencor me tenía.. al saber, que ella no sentía lo mismo que yo sentía hacía ella. Me había enamorado, había caído en una trampa, en sus redes sin querer queriendo. Juré olvidarlo, pero no podré olvidar la noche en que me enamoré de ella.. una y otra vez.

Sacudí mi cabeza, solté unas cuantas palabras que al instante olvidé por completo, ya que su voz colapso dentro mío como pétalos de rosa cayendo a mis manos de la nada. La vi de reojo, su tono había sido más dulce de lo natural y eso me encantaba. La obscuridad entre nosotros no ayudaba en nada, pero a esta hora la gente 'como nosotros' salían a vivir la vida en las calles, mientras la gente dormía ajeno a lo que pasaba a su alrededor en una sola noche. Caí en el pequeño sofá del establecimiento, y pedí lo de siempre. Un frapucchino. Ella pedirá lo de siempre, y esperaríamos en silencio. O hablando de estupideces. como siempre. Pero el día de hoy venía mas seco, y más cansado. Quería hablar con ella, pero no sabía como. No la había visto en meses, la había extrañado tanto, y ahora la tenía ante mis ojos y no decía nada. Me sentía raro, y tal vez lo era. ¿Qué me estaba pasando? Pues sí idiota, es la chica que te gusta tanto. Imbécil. Imbécil. Me repetí a mi mismo, notando como por fin Hayley alzaba la mirada hacía mí.

-Douglas Lee Poynter, el día de hoy te declaró como imbécil capital-susurré levemente para mi mismo, me sentía estúpido. Tenía ganas de gritarle al mundo que estaba enamorado de ella, tenía ganas de tenerla entre mis brazos y darle ese beso tan anhelado dentro mío. -Así que...-carraspeé mi garganta- Me dijeron por ahí que estas saliendo con un chico. -contesté, ocultando como los celos quemaban dentro mío, ocultando la mirada de ella, temiendo a que encontrara ese sentimiento clavado justamente ahí.